El pasado Otoño, el Ballet de Monterrey celebró su 20 aniversario, con una gira en la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante las funciones del mes de octubre en la Sala Miguel Covarrubias, disfrutamos de un programa variado, en el que esta compañía clásica expuso su calidad de entidad polifacética que atiende a lo clásico, lo neoclásico, y lo contemporáneo; también estiliza lo folklórico y lo popular. Sin lugar a dudas, Ballet de Monterrey, le da una dimensión distinta a la expresión latinoamericana, esto es parte de su personalidad como compañía de proyección internacional, que promueve un espectáculo de calidad tanto en la ejecución de sus bailarines de origen mexicano y cubano, como en la pulcra producción de sus montajes.
Se trata de una institución con la solidez que le proporciona estar respaldada por un patronato que fundó la Sra. Yolanda Santos de Hoyos, específicamente para crear este proyecto dancístico; lo cual debe ser un ejemplo de lo que la iniciativa particular puede hacer cuando se busca el apoyo de personas interesadas en la cultura y el arte, para invertir en ellos. Termino estas palabras con una felicitación para Katia Carranza, primera bailarina del Ballet de Monterrey, por su capacidad interpretativa y llevar a la danza clásica más allá de la frialdad técnica.