Texto Alejandra Monroy
Video Gustavo Lara-Equihua
Ahí esta Virginia García, como un pájaro, sobre las nubes sumergida en una danza suave provocada desde dentro, parece un alma en perfecto equilibrio que disfruta de la simpleza de su existir, pero las cosas cambian, se convierte en una mortal común llena de emociones que expresa de maravilla en un solo, acompañada por una gran cruz roja que ilumina a todos los seres del mundo, o por lo menos a los no iluminados por por su propia esencia. pero no se puede continuar así nada mas, hay que buscar el destino, que normalmente involucra a otro, es así que con ayuda de un GPS llega a su camino aquel que busca también (Damián Muñoz). Ambos ejecutan un dueto y posteriormente Damián un solo que pone en evidencia su madurez interpretativa.
La pieza «Ataraxia» es la representación de las dificultades que pasamos en la vida para llegar a ser lo más auténticos posible, porque la paz de la verdad es lo que buscamos finalmente. Si, las emotividad existe, pero no la aceptación a esta como parte fundamental de nuestro ser. Desde mi perspectiva creo que «La intrusa» propone con esta obra, poner en evidencia lo relativas que son ciertas pasiones, preocupaciones, deseos obsesiones por el deber ser, y cómo pueden afectar la personalidad. Veo también el planteamiento de las relaciones de pareja que nacen, como una criatura crecen, tienen su momento de equilibrio y finalmente se disuelven para que el individuo se encuentre de nuevo en la búsqueda de si mismo. ¿Pero significa el final de la vida cuando alguien puede lograr esa ataraxia de manera permanente?, ¿hay algo más que aprender? ¿es como un carpe diem eterno? El gran final de esta pieza lo dice todo.
Damián Muñoz y Virginia García son los fundadores de esta compañía que posee un equipo que se integra y entiende sus propuestas escénicas.